A la orilla de mar mi alma queda, recogiendo la victoria del susurro y la espera.
Mis pies están mojados por el tacto de la seda.
Por un momento príncipe...
Mis pies están mojados por el tacto de la seda.
Por un momento príncipe...
Por un instante arena...
Por un minuto el Dios que no condena.
Quisiera ser alga, para poder volar en el mar del esperanza.
Por un minuto el Dios que no condena.
Quisiera ser alga, para poder volar en el mar del esperanza.
Quisiera conocerte y descubrir ¡no todo!, tan sólo algo.
Para quedar prendido...
Para quedar prendido...
Para quedar mirando...
A la orilla del mar mi alma sueña,
ese sueño eterno de la sal y de mi espera.
4 comentarios:
Vaya poemazo tío. Me has dejado sin palabras.. no voy a comentar nada, sólo decirte que es uno de los que más me gustan. Felicidades y como tu me dices: sigue escribiendo y no pares...
Un fuerte abrazo.
Gracias por hacerme partícipe de tu precioso interior... transparente como el cristal...aromático como las especias mas exóticas del mundo... luminoso como el sol de la mañana...
haz que sigan brotando los más puros sentimientos que anidan en tu alma...no dejes de soñar...y vuela libre!!!...como tu sabes....
sólo un hombre callado puede hablar de esta forma y transmitir con delicadeza una melodía que todos nos atrevemos a tararear.
gracias Marco.Un besote desde tu Sur.
Gracias a ti, amiga. Me emociono al leer tanto cariño en tus palabras.
Y deseo con todo el alma, acercarme a ese nuestro Sur.
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